miércoles, 1 de mayo de 2013

Rafael Lucio Gil: “Lo que hace el aparato educativo no es generar sino es reciclar la pobreza”


Ninguno de los vendedores consultados ha concluido sus estudios

Rafael Lucio Gil: “Lo que hace el aparato educativo no es generar sino es reciclar la pobreza”

Los vendedores consultados de las paradas de buses del Hospital Vélez Páez y de la Universidad Centroamericana, UCA, trabajan al día de once a doce horas, lo cual repercute en su salud, sin embargo la ganancia de su venta oscila entre 200 y 300 córdobas y no les permite cubrir todos sus gastos, tal como la educación de sus hijos, además Alma Carmona Martínez, la “elotera” está preocupa porque “dicen que nos van a venir a sacar, van a quitar la casetas porque somos estorbo para la construcción del puente desnivel que será de Metrocentro hasta ENEL Central”.

Lisseth Baltodano

Alma Nidia Carmona Martínez, es originaria de La Reynaga, León. Ella cuando tenía 6 años su mamá María Martínez Rivera falleció de 37 años por “brujería” porque le “tenían envidia y era dueña de tres negocios, dejando en la orfandad a 9 hijos.

En el trayecto de un año en que su mamá murió, Carmona Martínez fue regalada 6 veces. Ella vino a Managua cuando tenía 7 años porque la encontraron en la acera del Colegio Calasanz en León, “mi vida fue muy triste”, porque sus hermanos la regalaron.

Carmona Martínez, desde chiquita era trabajadora, cumpliendo así las palabras de su madre antes de su muerte “mi niña, sea una mujer trabajadora, nunca agarrés un mal camino, jamás, siempre que te guste el trabajo”, vas a sufrir bastante, “solo me quedó viendo, se le salieron las lágrimas y ahí no más murió”, aseguró. Fue un 12 de febrero a las 11 de la noche, “casualmente”, en ese mismo mes, pero de otro año nació Génesis Paola Mercado, hija de Carmona Martínez, tiempo en el cual siempre cae en crisis depresivas.

Carmona desde los 7 años vendía cosa de horno, tortilla, elote cocido, cajetas, quedaba a cargo de los niños, jalaba agua del pozo, palmeaba tortillas, cuajaba leche, pero era mucho trabajo, “era esclava”, entonces, decidió irse de la casa de su hermana porque además le daba una comida distinta de la que el resto de la familia comía.

La pobreza es evidente en la vida de Carmona Martínez. Fue capaz  de darle veneno a un sobrino porque pensaba, “en la vela van a matar de todo y ahí voy a poder comerme un pedacito de carne”, el niño no falleció pero sí lo envenenó. Tras lo cometido huyó.

Luego, la adoptó una señora que tenía un kiosco en La Salle de León, pero de igual forma Carmona Martínez “trabajaba duro” para ganarse el plato de comida. La levantaban a las 4 de la mañana a partir 400 panes para las hamburguesas, a freír las tortas de carne para después ir a atender el kiosco.

Tiempo después, se fue a vivir a donde su madrina, pero a los 8 días de estar en su casa, el hijo de su madrina en la noche le tocaba sus órganos genitales. Durante todo el día, ella recordaba lo sucedido y lloraba. Se fue de esa casa.

Comenzó a andar vendiendo en los buses, en los mercados, siempre “me gustó el trabajo”. Vendía agua helada, sandía, palomitas de maíz. Luego se fue a la casa de su tío, ahí dormía en el suelo y solo permaneció dos días. Después se encontró a una muchacha, “me fui a su casa que queda por el cementerio de Nejapa, ellos fueron buenas personas conmigo”, de ahí se fue cuando tenía 12 años.

A los 14 años, estaba en la parada del 7 Sur. Un muchacho se le acercó y le dijo “te invito a una gaseosa, sos bien bonita”, ella la aceptó, pero nunca pensó que llevaría un sedante, le entró un sueño profundo y cuando despertó estaba en un predio baldío en Cuajachillo, Carretera Nueva León, tenía su boca amarrada y secuelas de la violación.

Quedó embarazada, lloraba y lloraba. Un día estaba en el 7 Sur trabajando y le dijo a una señora, “mire le regalo mi hijo”, la señora le dijo ¿por qué?, ¿no lo querés?, dámelo yo nunca he podido tener hijos y comenzó a alimentarla durante todo el embarazo y cuando nació le regaló el bebé. Actualmente, la señora y su hijo viven en Guatemala “muy bien económicamente, ya está en quinto año de la universidad y tiene 20 años”.

Volvió a andar posando. Llegó hasta Mateare a vivir donde una señora, pero le exigía que viviera sexualmente con su hijo y “yo me sentí comprometida”, vivía ahí porque no tenía dónde estar. Salió embarazada de nuevo. La suegra la corría, “el niño no te lo vamos a dar. Vos sos como esas perritas que no tenés dónde vivir y si decís que lo vas a pelear, ¿a dónde lo vas a ganar si no tenés quién te apoye?”

Se vuelve a repetir la historia, llegó a vivir a otra casa y salió embarazada. Es decir, a parte de los cinco hijos que actualmente viven con ella, en su vida existen tres niños por aparte, uno regalado y dos que se quedaron con sus padres y familiares del mismo.

Cuando tenía 18 años llegó a donde sus hermanos, porque llegó al cementerio a enflorar a su mamá. Ahí la detuvieron unos policías, y se la llevaron detenida. Su hermana, les dijo no la suelte hasta que nos  entregue el hijo que regaló. Al día siguiente la trasladaron a Malpaisillo, pero en el viaje un policía la bajó de la camioneta y la violó, le decía “sos una chavalita, pero que se ve bien sabrosa, me basta y me sobra con lo que yo disfruté con vos”. Actualmente tiene 35 años y recuerda que en toda su vida sufrió dos violaciones y dos intentos.

Alma Nidia Carmona Martínez, "la elotera"
Foto:Lisseth Baltodano
Las consecuencias fueron problemas mentales

A raíz de lo antes mencionado, Carmona Martínez entró en shock nervioso. Quería matarse, se le quiso tirar a un furgón, después agarró un mecate para ahorcarse en el baño. Una vez dijo “me voy a meter tres puñaladas”, así que chavalos –sus hijos-- no se asusten cuando me hallen en el cuarto y que esté muerta”.

Ésta situación solo es un caso, porque para el doctor Luis Alemán Neyra, psiquiatra del Hospital de Atención Psicosocial Dr. José Dolores Fletes Valle, las causas que provocan los problemas mentales son “interminables”, es una enfermedad multicausal y que puede ser hereditaria.

¿Cuántas enfermedades maneja el hospital?
En primer lugar, está esquizofrenia, seguido de los trastornos mentales del comportamiento por consumo de drogas, trastornos mentales orgánicos, es decir retraso mental o disfunción cerebral y trastornos mentales por afecto.

¿Podría mencionar una estadísticadel número de pacientes por enfermedad?
En el 2009 egresaron:

¿Cuántas personas se presentaron en Julio 2012 con alguna enfermedad mental?
Primeramente el hospital tiene 193 camas. En Consulta externa en Julio 2012 se atendieron a mil 263 pacientes, en Consulta de Emergencia a 380 y egresaron 88.

¿Específicamente cuántas personas visitan a diario el hospital?
En el Censo del lunes 20 de agosto de 2012, en la Sala 2, 28 mujeres crónicas, Sala 3, 45 mujeres agudas, Sala 4, 56 varones agudos y en la Sala 5, 39 varones crónicos. Por día visitan Emergencia un promedio entre 30 a 40 pacientes y en Consulta Interna 50.

¿En sí cuáles son los factores para padecer de un problema mental? ¿En ésta enfermedad implica la edad?
Los trastornos mentales son multifactoriales. Pueden ser factores genéticos, familiares, biológicos –alteraciones genéticas--, enfoque del sistema central, traumas craneales, factores de contexto, es decir, exposición a eventos traumáticos –accidentes--, relaciones familiares, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, enfermedades cerebrales, factores psicológicos que son las personas con baja autoestima, con carencia afectiva y ausencia de padres. La edad no importa, ésta enfermedad le da a cualquiera. Los factores son miles y las causas interminables.

Luis Alemán Neyra, psiquiatra del Hospital de Atención Psicosocial
Dr. José Dolores Fletes Valle. Foto: Lisseth Baltodano


Carmona Martínez: “Envidio ver que otros niños estudian y los míos no”

La situación económica es difícil y la pobreza en que vive la priva que sus cinco hijos estudien. Ninguno de ellos estudia. “Me duele que estén perdiendo clases”, menciona que no le gustaría ver a sus hijos vendiendo en la calle como ella.

“¿Cuánto no diera para que todos ellos estudiaran?”, sin embargo se le dificulta porque dice que aunque estudien en un colegio público se gasta. “Si consigo para la comida no puedo conseguir para tantas cosas”, además aduce que sus hijos no estudian, no porque no quiera sino porque no puede cubrir los gastos porque es madre soltera, “yo no quiero que les pase lo que a mí me pasó”.

En una ocasión, Carmona Martínez ingresó “bien mal” al Hospital Psicosocial porque cayó en shock de nervio, de depresión, tantos problemas que como madre soltera lucha, “yo soy padre y madre para mis hijos”, me enfermo porque “me pongo a pensar en sus estudios, qué lástima, me da envidia cuando miro tantos niños que pueden estudiar”. “Me duele” porque señala que no puede darles educación y que deseara tener para que ellos estudiaran”.

Además, ha perdido las citas médicas en el Hospital Psico social, porque si no trabaja quién les va a dar para la comida a sus hijos, “con costo para la comida y ahora para darle a los cuatro para que estudien, no puedo”.

Tiene cinco hijos, actualmente no estudian y ninguno de ellos ha concluido la primaria, no han logrado avanzar a un alto nivel académico por la pobreza que los invade. El de 16 años quedó en cuarto grado, la de 14 tiene problemas de retención, es decir, que aprende pero se le olvida lo aprendido, debido a ello repitió cinco veces primer grado, la de 12 quedó en tercero y cuarto grado, la de 7 años no ha cursado ni primer grado y la última tiene18 meses.

Por otra parte, el doctor Rafael Lucio Gil, educador y director del Instituto de Educación, IDEUCA, señala que la educación pública generalmente lo que hace es reciclar el tema de la pobreza, “recicla a los pobres”, porque les está ofreciendo una calidad educativa tan deprimida, tan desgastada, tan pobre para los pobres,  que ciertamente los niños y las niñas aprenden, pero no en la medida en que ellos lo necesitan; por tanto no hay equidad, porque ello implicaría en la educación que a cada quien se le proporcione los recursos educativos, de conocimientos y de competencia, que requerirá para salir de la pobreza, “lo que hace el aparato educativo nuestro no es generar sino es reciclar la pobreza, segmentar más a la población”.

Para Carmona Martínez, es difícil su manera de trabajar, de su casa sale a las cinco de la mañana y regresa noche. El que un padre de familia o tutor no haya estudiado afecta al niño significativamente porque en la casa no cuenta con la ayuda de un adulto para realizar las asignaciones del colegio, “en qué les podría ayudar a mis hijos si fueran a clase, si yo no fui una persona preparada para decir vení te voy a ayudar en una lectura, si apenas yo estudié hasta tercer grado y solo sé leer unas cositas sencillas, no quiero que les pase lo  mismo que a mí, yo quiero que sigan estudiando”.

La pobreza de la familia incide en la educación, los niñas y niños no tienen apoyo para leer con sus padres, menciona el doctor Lucio Gil y añade que hay niños que ingresan al colegio, pero por la pobreza en la que viven, afecta su vida y al centro, lo que “deberíamos hacer es una educación organizada, planteada para los pobres, de tal forma que los pobres estuvieran mejor organizados y participando”.

El doctor Lucio Gil aduce que lamentablemente en el caso de las mujeres son las que más sufren, una mujer que sea analfabeta, ¿cómo podría ayudar a sus hijos?, hay que darles más apoyo y seguimiento a los pobres, ojalá que los pobres recibieran esa fuerza interior, ese ímpetu y que todos hablaran de educación, un Estado en estado de educación.

La única vía para que un país avance es la educación, por ello para el doctor Lucio Gil es imposible que Nicaragua pueda progresar sin una calidad de Educación. “A veces los políticos dan la vida por la política, pero por la educación no”, además señala que a los centros públicos les falta alma educativa, pasión por la enseñanza.

Carmona Martínez: “Paso todo el día asándome mi vida”

Carmona Martínez, primeramente tuvo un negocio afuera de una estación de policía en Managua, pero los desalojaron, le quitaron la caseta. Ahí “ganaba un poquito más”. Luego para sobrevivir y alimentar a sus cincos hijos inició a trabajar en las afueras de la UCA. Actualmente tiene un año de vender elotes asados y cocidos.

Carmona Martínez desde las cinco de la mañana se va al mercado Oriental a comprar y para “hallar buen elote”, a las ocho ya está en la UCA, encendiendo las dos estufas para poner los elotes en una asar y en otra a cocer.

“No la vale la pena el fuegueo”

Ella invierte en los elotes entre 650 y 700 córdobas, sin embargo solo le gana 300, pero a veces cuando la venta está mala hasta los regala. Cuenta que aunque se le gane poco por lo menos provee el dinero para la comida diaria. “La fuegueada no es fácil, más cuando el sol está caliente, me quemo, lo caliente de la estufa, aguanto los maltratos de la gente, me briso, me cae el agua, a veces llego hasta a las ocho de la noche a la casa, me agarra picazón en el cuerpo, solo me queda la fuegueada que no es jugando y la penqueada”.

Según ella hay un tiempo en que el elote está caro, pero hay otros en que está barato, no obstante “yo tengo que mantener el mismo precio”, porque si no los clientes no le compran, “quiere que se los dé a tres pesos”. Ella aduce que deseara otro tipo de trabajo para dedicarles más tiempo a sus hijos.

Carmona Martínez, “la madre luchadora nombrada por sus hijos”, les ha enseñado el valor del trabajo. Se pone todo el día en esas estufas vendiendo elotes, “paso asándose mi cuerpo, asándome mi vida” para sobrevivir y llevarles comida a sus hijos.

Además, “cuando las ventas de elote están malas”, vende jocotes, agua helada, sandia, jugos, para buscar así el dinero para comprar la comida de la casa. “Solo le pido a Dios que me dé fuerzas” porque cuenta que calentarse las manos, el cuerpo todo el día, le da dolor en los huesos y en los brazos.

Según, la doctora Lylliam Murillo Acuña, el humo reseca la piel quitando la epidermis y la pigmentación. Cuando las personas inhalan el humo se inflaman los pulmones produciendo enfermedades pulmonares obstructivas hasta el cáncer, también pueden presentarse manchas en la piel y ampollas, es decir, que Carmona Martínez está expuesta a padecer de cáncer puesto que ya tiene un año de vender elotes asados y cocidos, sin embargo ya padece de los riñones.

Por estar en la bahía de la parada de la UCA, paga 20 córdobas, pero está preocupada porque sus hijos dependen de ella, “dicen que nos van a venir a sacar, van a quitar la casetas porque somos estorbo para la construcción del puente desnivel que será de Metrocentro hasta ENEL Central”, expresa que de ser así, irá a vender agua a los semáforos, está estresada.

¿Los vendedores consultados concluyeron sus estudios?
El común denominador en este sondeo a los vendedores de las paradas de buses de la UCA y del Hospital Vélez Páez, es que ninguno de ellos ha concluido sus estudios ni de primaria ni de secundaria.

20, 20, repuestos La quince, puente El Edén, El Nuevo Diario, Mayoreo, Carretera Norte, 20, 20, Servicio Los Unitarios,  viaje rápido, cómodo, seguro, con el mejor servicio, con aire acondicionado,  televisión por cable, asientos reclinables, Wi Fi, Hi5, Gmail, Hotmail, Facebook, voy de viaje, se va la bala, se va la bala, viaje cómodo y seguro, con el mejor servicio, se va la bala… estas palabras las grita a diario y a cada instante, Salomón Gamaliel López García, un joven de 26 años que le dicen “el pesero de la UCA”.

López García es pesero desde hace 15 años, inició trabajando de esa forma 6 años en el Gancho de Caminos y ya tiene 9 años de estar en la UCA. Hoy por hoy cursa sexto grado en el colegio Augusto César Sandino, cuenta que no gana el montón siendo pesero, pero por lo menos gana para la comida, “eso lo bueno y siempre seguir para adelante”, menciona con un rostro alegre.

María Zeneida Solis. Foto: Lisseth Baltodano
Por otro lado, María Zeneida Solis, desde los 10 años vende elotes en la parada del Hospital Vélez Páez contiguo al Restaurante Rancho Grande, ella no concluyó sus estudios, logró cursar hasta primer año de la secundaria. Actualmente continua con sus ventas a pesar de sus 43 años, pero ésta vez vende en compañía de su hija Tania de los Ángeles Diaz Solis de 24 años pero que de igual forma solo cursó primer año de Administración turística y hotelera.

Ellas invierten a diario 720 córdobas para la venta de los elotes asados y cocidos incluyendo ya los gastos del carbón, la leña y las bolsas, pero de ganancia solo obtienen entre 200 y 300 córdobas. Solis y Diaz, madre e hija respectivamente mencionan que la venta del elote no les da para sobrevivir porque la venta solo es por temporada “como que la gente se aburre del elote y además entre finales de diciembre e inicio de julio está caro y escaso”, sin embargo ellas al no ganar bien con la venta del elote recurren a la venta de frutas, entre ellas, mangos, jocotes, banano y caña.


Tania de los Ángeles Diaz Solis.
Foto: Lisseth Baltodano
Diaz, menciona que trabajan de lunes a domingo de ocho y media de la mañana a ocho y media de la noche puesto que de ella dependen sus dos hijos, pero menciona que desea continuar estudiando, pero que tuvo que salirse de la universidad para poder ayudar a su mamá y así tener un ingreso económico.

La última consultada fue Daysi Mantilla Martínez, actualmente tiene 32 años y es vendedora de quesillos en las afueras de la Universidad Centroamericana, ella trabajaba con su mamá en ese lugar desde que tenía 10 años.

Daysi Mantilla Martínez, vendedora de quesillos.
Foto: Lisseth Baltodano.
Diariamente, invierte 700 córdobas para la venta de quesillos, sin embargo solo gana 400. Ella llega a vender de lunes a viernes de ocho de la mañana a seis de la noche, con la ganancia de la venta “costosamente” mantiene a sus dos hijas, pero señala que se le va rápido el quesillo porque tiene bastantes clientes y porque son de “buena calidad”. Le da gracias a Dios de que a pesar de su trabajo no tiene ninguna enfermedad.

Lo que deja la pobreza:
Recientemente Carmona Martínez, recayó en depresión, puesto que un ciego, chele, que vende lapiceros en los buses, se llevó con engaños a su hijo mayor de 16 años, logrando así, que el joven le penetrara en su ano prometiéndole regalarle un Nintedo y un celular Touch, el joven con el “sueño de tenerlo” lo hizo, sin embargo no lo obtuvo porque él se retractó al momento de que el ciego le exigió que le correspondía su turno para penetrar, entonces lo corrió de la casa y no le dio absolutamente nada de lo prometido.

Carmona Martínez menciona que su hijo sólo por el amor a ese teléfono lo hizo. “Me siento culpable porque no le puedo dar ni el teléfono ni el Nintendo”. Por otro lado, “la niña de 12 años vendía tarjetas en los buses, pero estaba intranquila porque tenía miedo que le pasara lo mismo que a mí, yo adoro a mis hijos.

“Es imposible que Nicaragua pueda progresar sin una calidad de Educación”, añadió el doctor Rafael Gil.
  

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