Ninguno de los vendedores consultados ha concluido sus
estudios
Rafael Lucio Gil: “Lo que hace el aparato
educativo no es generar sino es reciclar la pobreza”
Los vendedores consultados de las paradas de buses del
Hospital Vélez Páez y de la Universidad Centroamericana, UCA, trabajan al día
de once a doce horas, lo cual repercute en su salud, sin embargo la ganancia de
su venta oscila entre 200 y 300 córdobas y no les permite cubrir todos sus
gastos, tal como la educación de sus hijos, además Alma Carmona Martínez, la
“elotera” está preocupa porque “dicen que nos van a venir a sacar, van a quitar
la casetas porque somos estorbo para la construcción del puente desnivel que
será de Metrocentro hasta ENEL Central”.
Lisseth Baltodano
Alma Nidia Carmona Martínez, es originaria de La Reynaga,
León. Ella cuando tenía 6 años su mamá María Martínez Rivera falleció de 37 años por
“brujería” porque le “tenían envidia y era dueña de tres negocios, dejando en
la orfandad a 9 hijos.
En el trayecto de un año en que su mamá murió, Carmona
Martínez fue regalada 6 veces. Ella vino a Managua cuando tenía 7 años porque
la encontraron en la acera del Colegio Calasanz en León, “mi vida fue muy
triste”, porque sus hermanos la regalaron.
Carmona Martínez, desde chiquita era trabajadora,
cumpliendo así las palabras de su madre antes de su muerte “mi niña, sea una
mujer trabajadora, nunca agarrés un mal camino, jamás, siempre que te guste el
trabajo”, vas a sufrir bastante, “solo me quedó viendo, se le salieron las
lágrimas y ahí no más murió”, aseguró. Fue un 12 de febrero a las 11 de la noche,
“casualmente”, en ese mismo mes, pero de otro año nació Génesis Paola Mercado, hija de Carmona Martínez, tiempo en el cual siempre cae en crisis depresivas.
Carmona desde los 7 años vendía cosa de horno, tortilla,
elote cocido, cajetas, quedaba a cargo de los niños, jalaba agua del pozo, palmeaba
tortillas, cuajaba leche, pero era mucho trabajo, “era esclava”, entonces, decidió
irse de la casa de su hermana porque además le daba una comida distinta de la
que el resto de la familia comía.
La pobreza es evidente en la vida de Carmona Martínez. Fue
capaz de darle veneno a un sobrino
porque pensaba, “en la vela van a matar de todo y ahí voy a poder comerme un
pedacito de carne”, el niño no falleció pero sí lo envenenó. Tras lo cometido
huyó.
Luego, la adoptó una señora que tenía un kiosco en La
Salle de León, pero de igual forma Carmona Martínez “trabajaba duro” para
ganarse el plato de comida. La levantaban a las 4 de la mañana a partir 400
panes para las hamburguesas, a freír las tortas de carne para después ir a atender
el kiosco.
Tiempo después, se fue a vivir a donde su madrina, pero a
los 8 días de estar en su casa, el hijo de su madrina en la noche le tocaba sus
órganos genitales. Durante todo el día, ella recordaba lo sucedido y lloraba. Se fue de esa casa.
Comenzó a andar vendiendo en los buses, en los mercados,
siempre “me gustó el trabajo”. Vendía agua helada, sandía, palomitas de maíz. Luego
se fue a la casa de su tío, ahí dormía en el suelo y solo permaneció dos días. Después
se encontró a una muchacha, “me fui a su casa que queda por el cementerio de
Nejapa, ellos fueron buenas personas conmigo”, de ahí se fue cuando tenía 12
años.
A los 14 años, estaba en la parada del 7 Sur. Un muchacho
se le acercó y le dijo “te invito a una gaseosa, sos bien bonita”, ella la aceptó,
pero nunca pensó que llevaría un sedante, le entró un sueño profundo y cuando
despertó estaba en un predio baldío en Cuajachillo, Carretera Nueva León, tenía
su boca amarrada y secuelas de la violación.
Quedó embarazada, lloraba y lloraba. Un día estaba en el
7 Sur trabajando y le dijo a una señora, “mire le regalo mi hijo”, la señora le
dijo ¿por qué?, ¿no lo querés?, dámelo yo nunca he podido tener hijos y comenzó
a alimentarla durante todo el embarazo y cuando nació le regaló el bebé. Actualmente,
la señora y su hijo viven en Guatemala “muy bien económicamente, ya está en
quinto año de la universidad y tiene 20 años”.
Volvió a andar posando. Llegó hasta Mateare a vivir donde
una señora, pero le exigía que viviera sexualmente con su hijo y “yo me sentí
comprometida”, vivía ahí porque no tenía dónde estar. Salió embarazada de nuevo.
La suegra la corría, “el niño no te lo vamos a dar. Vos sos como esas perritas
que no tenés dónde vivir y si decís que lo vas a pelear, ¿a dónde lo vas a ganar
si no tenés quién te apoye?”
Se vuelve a repetir la historia, llegó a vivir a otra
casa y salió embarazada. Es decir, a parte de los cinco hijos que actualmente viven
con ella, en su vida existen tres niños por aparte, uno regalado y dos que se
quedaron con sus padres y familiares del mismo.
Cuando tenía 18 años llegó a donde sus hermanos, porque
llegó al cementerio a enflorar a su mamá. Ahí la detuvieron unos policías, y se
la llevaron detenida. Su hermana, les dijo no la suelte hasta que nos entregue el hijo que regaló. Al día siguiente
la trasladaron a Malpaisillo, pero en el viaje un policía la bajó de la
camioneta y la violó, le decía “sos una chavalita, pero que se ve bien sabrosa,
me basta y me sobra con lo que yo disfruté con vos”. Actualmente tiene 35 años
y recuerda que en toda su vida sufrió dos violaciones y dos intentos.
| Alma Nidia Carmona Martínez, "la elotera" Foto:Lisseth Baltodano |
Las
consecuencias fueron problemas mentales
A raíz de lo antes mencionado, Carmona Martínez entró en
shock nervioso. Quería matarse, se le quiso tirar a un furgón, después agarró
un mecate para ahorcarse en el baño. Una vez dijo “me voy a meter tres
puñaladas”, así que chavalos –sus hijos-- no se asusten cuando me hallen en el
cuarto y que esté muerta”.
Ésta situación solo es un caso, porque para el doctor
Luis Alemán Neyra, psiquiatra del Hospital de Atención Psicosocial Dr. José
Dolores Fletes Valle, las causas que provocan los problemas mentales son
“interminables”, es una enfermedad multicausal y que puede ser hereditaria.
¿Cuántas
enfermedades maneja el hospital?
En primer lugar, está esquizofrenia, seguido de los
trastornos mentales del comportamiento por consumo de drogas, trastornos
mentales orgánicos, es decir retraso mental o disfunción cerebral y trastornos
mentales por afecto.
¿Podría
mencionar una estadísticadel número de pacientes por
enfermedad?
En el 2009 egresaron:
¿Cuántas
personas se presentaron en Julio 2012 con alguna enfermedad mental?
Primeramente el hospital tiene 193 camas. En Consulta
externa en Julio 2012 se atendieron a mil 263 pacientes, en Consulta de Emergencia a
380 y egresaron 88.
¿Específicamente
cuántas personas visitan a diario el hospital?
En el Censo del lunes 20 de agosto de 2012, en la Sala 2,
28 mujeres crónicas, Sala 3, 45 mujeres agudas, Sala 4, 56 varones agudos y en
la Sala 5, 39 varones crónicos. Por día visitan Emergencia un promedio entre 30
a 40 pacientes y en Consulta Interna 50.
¿En
sí cuáles son los factores para padecer de un problema mental? ¿En ésta
enfermedad implica la edad?
Los trastornos mentales son multifactoriales. Pueden ser
factores genéticos, familiares, biológicos –alteraciones genéticas--, enfoque
del sistema central, traumas craneales, factores de contexto, es decir,
exposición a eventos traumáticos –accidentes--, relaciones familiares,
violencia intrafamiliar, maltrato infantil, enfermedades cerebrales, factores
psicológicos que son las personas con baja autoestima, con carencia afectiva y
ausencia de padres. La edad no importa, ésta enfermedad le da a cualquiera. Los
factores son miles y las causas interminables.
| Luis Alemán Neyra, psiquiatra del Hospital de Atención Psicosocial Dr. José Dolores Fletes Valle. Foto: Lisseth Baltodano |
Carmona
Martínez: “Envidio ver que otros niños estudian y los míos no”
La situación económica es difícil y la pobreza en que
vive la priva que sus cinco hijos estudien. Ninguno de ellos estudia. “Me duele
que estén perdiendo clases”, menciona que no le gustaría ver a sus hijos
vendiendo en la calle como ella.
“¿Cuánto no diera para que todos ellos estudiaran?”, sin
embargo se le dificulta porque dice que aunque estudien en un colegio público se
gasta. “Si consigo para la comida no puedo conseguir para tantas cosas”, además
aduce que sus hijos no estudian, no porque no quiera sino porque no puede
cubrir los gastos porque es madre soltera, “yo no quiero que les pase lo que a
mí me pasó”.
En una ocasión, Carmona Martínez ingresó “bien mal” al
Hospital Psicosocial porque cayó en shock de nervio, de depresión, tantos
problemas que como madre soltera lucha, “yo soy padre y madre para mis hijos”,
me enfermo porque “me pongo a pensar en sus estudios, qué lástima, me da
envidia cuando miro tantos niños que pueden estudiar”. “Me duele” porque señala
que no puede darles educación y que deseara tener para que ellos estudiaran”.
Además, ha perdido las citas médicas en el Hospital Psico
social, porque si no trabaja quién les va a dar para la comida a sus hijos,
“con costo para la comida y ahora para darle a los cuatro para que estudien, no
puedo”.
Tiene cinco hijos, actualmente no estudian y ninguno de
ellos ha concluido la primaria, no han logrado avanzar a un alto nivel
académico por la pobreza que los invade. El de 16 años quedó en cuarto grado,
la de 14 tiene problemas de retención, es decir, que aprende pero se le olvida
lo aprendido, debido a ello repitió cinco veces primer grado, la de 12 quedó en
tercero y cuarto grado, la de 7 años no ha cursado ni primer grado y la última
tiene18 meses.
Por otra parte, el doctor Rafael Lucio Gil, educador y
director del Instituto de Educación, IDEUCA, señala que la educación pública
generalmente lo que hace es reciclar el tema de la pobreza, “recicla a los
pobres”, porque les está ofreciendo una calidad educativa tan deprimida, tan
desgastada, tan pobre para los pobres,
que ciertamente los niños y las niñas aprenden, pero no en la medida en
que ellos lo necesitan; por tanto no hay equidad, porque ello implicaría en la
educación que a cada quien se le proporcione los recursos educativos, de
conocimientos y de competencia, que requerirá para salir de la pobreza, “lo que
hace el aparato educativo nuestro no es generar sino es reciclar la pobreza,
segmentar más a la población”.
Para Carmona Martínez, es difícil su manera de trabajar,
de su casa sale a las cinco de la mañana y regresa noche. El que un padre de
familia o tutor no haya estudiado afecta al niño significativamente porque en
la casa no cuenta con la ayuda de un adulto para realizar las asignaciones del
colegio, “en qué les podría ayudar a mis hijos si fueran a clase, si yo no fui
una persona preparada para decir vení te voy a ayudar en una lectura, si apenas
yo estudié hasta tercer grado y solo sé leer unas cositas sencillas, no quiero
que les pase lo mismo que a mí, yo
quiero que sigan estudiando”.
La pobreza de la familia incide en la educación, los
niñas y niños no tienen apoyo para leer con sus padres, menciona el doctor
Lucio Gil y añade que hay niños que ingresan al colegio, pero por la pobreza en
la que viven, afecta su vida y al centro, lo que “deberíamos hacer es una
educación organizada, planteada para los pobres, de tal forma que los pobres
estuvieran mejor organizados y participando”.
El doctor Lucio Gil aduce que lamentablemente en el caso
de las mujeres son las que más sufren, una mujer que sea analfabeta, ¿cómo
podría ayudar a sus hijos?, hay que darles más apoyo y seguimiento a los
pobres, ojalá que los pobres recibieran esa fuerza interior, ese ímpetu y que
todos hablaran de educación, un Estado en estado de educación.
La única vía para que un país avance es la educación, por
ello para el doctor Lucio Gil es imposible que Nicaragua pueda progresar sin
una calidad de Educación. “A veces los políticos dan la vida por la política,
pero por la educación no”, además señala que a los centros públicos les falta
alma educativa, pasión por la enseñanza.
Carmona
Martínez: “Paso todo el día asándome mi vida”
Carmona Martínez, primeramente tuvo un negocio afuera de
una estación de policía en Managua, pero los desalojaron, le quitaron la
caseta. Ahí “ganaba un poquito más”. Luego para sobrevivir y alimentar a sus
cincos hijos inició a trabajar en las afueras de la UCA. Actualmente tiene un
año de vender elotes asados y cocidos.
Carmona Martínez desde las cinco de la mañana se va al
mercado Oriental a comprar y para “hallar buen elote”, a las ocho ya está en la
UCA, encendiendo las dos estufas para poner los elotes en una asar y en otra a
cocer.
“No
la vale la pena el fuegueo”
Ella invierte en los elotes entre 650 y 700 córdobas, sin
embargo solo le gana 300, pero a veces cuando la venta está mala hasta los
regala. Cuenta que aunque se le gane poco por lo menos provee el dinero para la
comida diaria. “La fuegueada no es fácil, más cuando el sol está caliente, me
quemo, lo caliente de la estufa, aguanto los maltratos de la gente, me briso, me
cae el agua, a veces llego hasta a las ocho de la noche a la casa, me agarra
picazón en el cuerpo, solo me queda la fuegueada que no es jugando y la
penqueada”.
Según ella hay un tiempo en que el elote está caro, pero
hay otros en que está barato, no obstante “yo tengo que mantener el mismo
precio”, porque si no los clientes no le compran, “quiere que se los dé a tres
pesos”. Ella aduce que deseara otro tipo de trabajo para dedicarles más tiempo
a sus hijos.
Carmona Martínez, “la madre luchadora nombrada por sus
hijos”, les ha enseñado el valor del trabajo. Se pone todo el día en esas
estufas vendiendo elotes, “paso asándose mi cuerpo, asándome mi vida” para sobrevivir
y llevarles comida a sus hijos.
Además, “cuando las ventas de elote están malas”, vende jocotes,
agua helada, sandia, jugos, para buscar así el dinero para comprar la comida de
la casa. “Solo le pido a Dios que me dé fuerzas” porque cuenta que calentarse
las manos, el cuerpo todo el día, le da dolor en los huesos y en los brazos.
Según, la doctora Lylliam Murillo Acuña, el humo reseca
la piel quitando la epidermis y la pigmentación. Cuando las personas inhalan el
humo se inflaman los pulmones produciendo enfermedades pulmonares obstructivas
hasta el cáncer, también pueden presentarse manchas en la piel y ampollas, es
decir, que Carmona Martínez está expuesta a padecer de cáncer puesto que ya
tiene un año de vender elotes asados y cocidos, sin embargo ya padece de los
riñones.
Por estar en la bahía de la parada de la UCA, paga 20 córdobas,
pero está preocupada porque sus hijos dependen de ella, “dicen que nos van a
venir a sacar, van a quitar la casetas porque somos estorbo para la
construcción del puente desnivel que será de Metrocentro hasta ENEL Central”, expresa
que de ser así, irá a vender agua a los semáforos, está estresada.
¿Los
vendedores consultados concluyeron sus estudios?
El común denominador en este sondeo a los vendedores de
las paradas de buses de la UCA y del Hospital Vélez Páez, es que ninguno de
ellos ha concluido sus estudios ni de primaria ni de secundaria.
20, 20, repuestos La quince, puente El Edén, El Nuevo Diario, Mayoreo, Carretera
Norte, 20, 20, Servicio Los Unitarios,
viaje rápido, cómodo, seguro, con el mejor servicio, con aire
acondicionado, televisión por cable, asientos
reclinables, Wi Fi, Hi5, Gmail, Hotmail, Facebook, voy de viaje, se va la bala,
se va la bala, viaje cómodo y seguro, con el mejor servicio, se va la bala…
estas palabras las grita a diario y a cada instante, Salomón Gamaliel López
García, un joven de 26 años que le dicen “el pesero de la UCA”.
López García es pesero desde hace 15 años, inició
trabajando de esa forma 6 años en el Gancho de Caminos y ya tiene 9 años de
estar en la UCA. Hoy por hoy cursa sexto grado en el colegio Augusto César
Sandino, cuenta que no gana el montón siendo pesero, pero por lo menos gana
para la comida, “eso lo bueno y siempre seguir para adelante”, menciona con un
rostro alegre.
| María Zeneida Solis. Foto: Lisseth Baltodano |
Ellas invierten a diario 720 córdobas para la venta de
los elotes asados y cocidos incluyendo ya los gastos del carbón, la leña y las
bolsas, pero de ganancia solo obtienen entre 200 y 300 córdobas. Solis y Diaz,
madre e hija respectivamente mencionan que la venta del elote no les da para
sobrevivir porque la venta solo es por temporada “como que la gente se aburre
del elote y además entre finales de diciembre e inicio de julio está caro y
escaso”, sin embargo ellas al no ganar bien con la venta del elote recurren a
la venta de frutas, entre ellas, mangos, jocotes, banano y caña.
| Tania de los Ángeles Diaz Solis. Foto: Lisseth Baltodano |
La última consultada fue Daysi Mantilla Martínez, actualmente tiene 32 años y es vendedora de quesillos en las afueras de la Universidad Centroamericana, ella trabajaba con su mamá en ese lugar desde que tenía 10 años.
| Daysi Mantilla Martínez, vendedora de quesillos. Foto: Lisseth Baltodano. |
Lo
que deja la pobreza:
Recientemente Carmona Martínez, recayó en depresión,
puesto que un ciego, chele, que vende lapiceros en los buses, se llevó con
engaños a su hijo mayor de 16 años, logrando así, que el joven le penetrara en
su ano prometiéndole regalarle un Nintedo y un celular Touch, el joven con el “sueño
de tenerlo” lo hizo, sin embargo no lo obtuvo porque él se retractó al momento
de que el ciego le exigió que le correspondía su turno para penetrar, entonces
lo corrió de la casa y no le dio absolutamente nada de lo prometido.
Carmona Martínez menciona que su hijo sólo por el amor a
ese teléfono lo hizo. “Me siento culpable porque no le puedo dar ni el teléfono
ni el Nintendo”. Por otro lado, “la niña de 12 años vendía tarjetas en los
buses, pero estaba intranquila porque tenía miedo que le pasara lo mismo que a
mí, yo adoro a mis hijos.
“Es imposible que Nicaragua pueda progresar sin una
calidad de Educación”, añadió el doctor Rafael Gil.








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